La arquitectura le sirve a Iranzu como punto de partida para explorar cuestiones relacionadas con la creación.

No voy contra la forma, sino contra la forma como fin en sí mismo. (…) La forma como fin acaba en mero formalismo. (…) Solo lo que tiene intensidad de vida tiene intensidad de forma.
Mies van der Rohe

A menudo investiga desde formas básicas, en una especie de intento de llegar al estadio inicial de la creación, de “construir sólo con lo básico, para dar cuenta precisamente de esos procesos intuitivos que remiten directamente a la cuestión de la indagación e investigación que requiere el hacer en arte”

En Dar encuentro indaga sobre los puntos en común entre dos estilos arquitectónicos el Estilo Internacional y la arquitectura clásica griega, incidiendo en la importancia que ambos dan a la sensibilidad de la materia, a pesar de ser estilos predominantemente racionalistas.

Iranzu relata su encuentro con los cápiteles de dos columnas dóricas en el British Museum: "Recuerdo que el cansancio desapareció al verlas, y pensé que eran muy grandes. (...)Transformadas en otra presencia ahora tenían otro cuerpo, otro peso, otra magnitud. Lo que sabía sobre ellas no importaba nada porque ya no eran columnas. Rotas por ciertas partes se podía ver su carnalidad, y poco a poco eso fue envolviéndolo todo, la roca empezó a salir de la imagen escultórica que me había construido. Como si la roca reivindicara su sitio, como si las esculturas de Miguel Ángel hubieran hecho el ejercicio inverso y hubieran ido perdiendo su imagen."

La obra de Iranzu reflexiona sobre la propia creación, la práctica artística o la libertad del o la artista.

En el proyecto Pensar la pintura recopila textos y pide a colegas reflexiones sobre el hacer en pintura. Mientras que en To make, entrevista a varios y varias artistas sobre qué es para ellos el acto de creación vinculado a su propio hacer, el video se completa con imágenes de la práctica en el taller.