Maite aborda sus proyectos a través de la recopilación de materiales diversos, archivos oficiales, relatos anónimos y memoria informal que le ayudan a generar conexiones y diálogos entre todas las partes. De este modo, a través de su puesta en relación o su contraposición se generan nuevas imágenes, que se resignifican y dotan de nuevos contextos de lectura e interpretación.

En este interés de recolectar varias voces o puntos de vista hay una intención de crear un relato coral, en vez de único. Además de una voluntad de poner al mismo nivel a los diversos agentes implicados: las personas, los animales y la naturaleza.

El Atlas Nemosyne de Aby Warburg interesa a la artista por varias razones. Actúa a modo de herramienta visual reuniendo imágenes en paneles. Esta disposición simultanea rompe con la idea de única lectura posible, permitiendo generar múltiples relaciones dependiendo de quién las mire. No es por tanto una imposición, sino una proposición. En palabras de Georges Didi Huberman, recupera el concepto de Mnemosyne, “memoria en acción, la memoria como tal, la ‘memoria viva’.”

Su trabajo cuestiona la concepción de paisaje en la cultura occidental, al mismo tiempo que indaga en sus posibilidades y potencia crítica, desde una actitud política y poética de la imagen. Como recuerda Carlos Muguiro, "La Tierra ya estaba ahí antes de que llegase Gagarin; es su mirada la que la convierte en imagen y en memoria".