Los procesos de Pedro Marco Landa establecen un cierto hilo argumental que conecta el arte con diferentes cuestiones científicas. No porque las ilustre, sino, más bien porque sus pinturas y fotografías parten de reflexiones comparativas entre la supuesta subjetividad del arte y la objetividad de la ciencia.

Una investigación* realizada a finales del siglo XX, observó que las pinturas, aparentemente “naturales” y “orgánicas” del artista Jackson Pollock, mostraban patrones coincidentes con los fractales de la naturaleza. La teoría del caos sostiene que los fractales son generados en el caos. La investigación concluye que ​el proceso pictórico de Pollock también podría haber sido caótico y, por lo tanto, podría dejar un patrón fractal. Interesado por los procesos de generación de formas complejas, Marco Landa experimenta con la pintura abstracta, orgánica y sin forma aparente, relacionándola con los elementos fractales. 

https://es.wikipedia.org/wiki/Expresionismo_fractal 

*Taylor, R., Micolich, A. & Jonas, D. Fractal analysis of Pollock's drip paintings. Nature 399, 422 (1999).

Benoît Mandelbrot, fue un matemático que investigó sobre la creación de imágenes fractales y demostró que es posible crear complejidad visual a partir de reglas simples. Su teoría afirma que en las cosas "caóticas", como las nubes o las líneas costeras, en realidad hay un "grado de orden". Pedro Marco se inspira en estas teorías para investigar cómo se generan las formas, creando imágenes fractales en el ordenador, pero de manera manual, que luego modifica a través de la pintura.

En 1-10 elevado a 10, genera un experimento pictórico en el que pinta algunas estrellas, de las que no existen imágenes detalladas. No resulta casual que el pintor decida representar, en plena era de la imagen, aquello de lo que todavía no existe fotografía fidedigna. Trata de representar así, el paradigma de sistema caótico de estos astros, a través de técnicas pictóricas abstractas, aunque sujetas a patrones de color y escala reales.

Durante el proceso de crear sus piezas, Marco Landa juega constantemente en un ir y venir entre la razón y la intuición, alternado fases basadas en la ciencia y la tecnología con otras más impulsivas, que luego intenta volver a ordenar. De forma análoga a la creación de la materia en la naturaleza, los límites entre objetividad y subjetividad se desdibujan mostrando estructuras definidas en el caos.