“¿Qué vería el árbol si levantara los ojos? Me interesa explorar esta imposibilidad. ¿Podemos ponernos los ojos de la naturaleza? ¿Cómo aprehendemos el mundo? Aquí entra el trabajo con la fotografía.”

En un mundo cruzado por la imagen, que canaliza y automatiza cada vez más la percepción, Masferrer está interesado en investigar el proceso fotográfico de una manera casi arqueológica. 
Quiere recuperar el sentido primigenio de las imágenes, su potencia simbólica, su misterio. Para ello utiliza las primeras técnicas fotográficas, como las sales de plata o la cianotipia y los primeros instrumentos ópticos para capturar imágenes.
 

Esta esencialidad también se expresa en el resultado. Fotografías que oscilan entre lo cósmico y la intimidad, para cuya decodificación, debe intervenir la percepción de cada persona. El poder de sugestión del espectador otorga sentido a su fotografía. 

Construye sus propias cámaras, trabaja con el tiempo, reconstruye la imagen. Crea cámaras que se insertan en el territorio, absorbiendo luz, tiempo y espacio. 

En esta línea se sitúa el proyecto Claros del bosque. Utilizando madera de chopo, construye unas piezas torneadas que funcionan como cámaras oscuras para fotografiar un plano totalmente cenital y que están diseñadas para ser semienterradas en una chopera de cultivo para la industria. Con estos artefactos quiere testimoniar el espacio de confluencia entre dos mundos: el terrestre y el celeste, el humano y el natural, lo orgánico y lo mecánico.

En el proyecto La casa digestiva o la entrañable intimidad transforma su casa en una cámara llena de pequeñas cámaras, en un ser digestivo de imágenes. Para ello realiza fotografías de muy larga exposición en el interior de su casa (de unas horas a unos meses) con cámaras estenopeícas, utilizando latas de comida de diversas formas y tamaños. Las imágenes resultantes contienen la cotidianidad a lo largo de los días pero sólo dejan intuir un espacio. En estas fotografías todo se muestra porque todo lo que pasa por delante del objetivo queda registrado, aunque no se vea.